lunes, 31 de diciembre de 2012

La vida es bella


Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil  dijo -no con estas exactas palabras- Faulkner una vez. Es cierto. 

Las crónicas de mi vida como peatona casi siempre se enfocan en "no se respetan las aceras ni las líneas peatonales", "los motores salen de donde sea" y cosas por este estilo.. pero pocas veces se resalta lo que se aprende de a pie, lo que se ve, lo que se vive.

Esta vez le contaré cómo un desconocido te saca sonrisas y te pone a pensar.

     No era la primera vez que lo veía, ni escuchaba sus sabias palabras. En más de una ocasión los caminos de este señor y el mío se habían cruzado... en la misma calle, a la misma hora. No sé ni su nombre, aunque le regalé el mío y un -extremadamente- sincero "Ha sido un placer" seguido del apretón de manos.

Me encuentro en la calle a este señor de avanzada edad que rompió el hielo diciendo: -Si usted fuera mi nieta, estaría orgulloso-      Yo, excéptica y sin saber qué vendría después sólo le ofrecí una mirada y media sonrisa tímida, que no brindaba ni simpatía ni aceptación.Sólo cortesía.
El señor, sin importar el escaso interés mostrado empieza a hablar de sus nietos, que los tiene lejos, que les hacen falta, que a veces vienen y a veces el va, y que sus hijos le piden que vaya -a dónde sea que estén, tierras extranjeras- para que no esté solo. Pero el dice que no, que ya vivió todo lo que quiso vivir en tierras lejanas y que quiere morir donde mismo nació.
Suelta una carcajada.
Yo lo miro, esta vez con una sonrisa completa. Probablemente la sapiencia de sus años le dejaron ver que no entendí qué le hizo tanta gracia y prosiguió: "es que aunque geográficamente estoy donde nací, no es aquí, esto no es igual.   Ya no puedo dormir con las ventanas abiertas, ya no puedo caminar grandes distancias ni cuando está oscuro, ya no puedo dejarle mi puerta abierta a los vecinos...ya nada es igual, esto ha cambiado demasiado"
A lo que un tercero pregunta: "Usté' es de cuando el jefe ¿verdá?"  y el responde afirmativo, que lo vivió, pero que el es de antes de eso. 
Y su respuesta a la pregunta de cual "régimen" prefiere si aquel o el actual y dice que en ninguno a tenido problemas, porque siempre ha sabido respetar la ley. Con eso acaba la intervención del tercero y se vuelve a mirarme con una sonrisa de esas que te achican los ojos. Lo miro tratando de entender.
"Ya está a punto de llegar mi nuevo nieto... y este sí va a vivir aquí" le ofrezco la mejor de mis sonrisas y un comentario ligero... "Mira" -dijo mientras muestra la funda que llevaba con algunas herramientas- "yo mismo le haré la cuna" -¿En serio? -Sí. Es que antes uno aprendía muchos oficios en la escuela, de ahí que me salga tan bien la ebanistería
 El señor, siguió conversando conmigo, y ya para entonces yo había desmontado la distancia que armo y guardo con los extraños, por lo que me permití preguntarle, reírme con el y mirar sus gestos.
El señor siguió hablando, mucho. De él, de sus nietos, de cómo era la vida en Santo Domingo de antaño... pero se detuvo a decirme las cosas que te hacen reflexionar:

Pero no hay por qué quejarse de lo que tenemos hoy... la vida es bella, siempre. Mira, yo veo la vida así -y tú jovencita deberías hacerlo, ¡todos debemos!...tengo un vecino que ya dejó de hablarme
-Se ríe de su propio chiste-.
  Es que, mira, yo viví en Madrid cuando el mundo estaba de cabezas, y leía el periódico todos los días en cuatro idiomas diferentes, para estar enterado de todo, para saber si tenía que esconderme, o volver  a mi tierra, o lo que sea... grasso error. ¡Vivía preocupado! pasaba por alto las cosas lindas de la vida, en la flor de mi juventud. Eso, hasta un día que decidí no volver a ver el periódico. 
-Se detiene para dibujar una sonrisa en su arrugado rostro-.
  Y lo cumplo hasta el día de hoy... por eso es que mi vecino no me habla, todas las mañanas me decía algo que había visto en la prensa... y yo le cambiaba la historia. A ver, por ejemplo:

  • -El vecino me dijo: "don, ¿y no vió la mujer que mató a su marido anoche? ¿en qué mundo vivimos?"                                            Yo le respondí que vivimos en un mundo en el que 25 millones de parejas anoche hicieron el amor y durmieron felices.
  • -Otro día me dice "Ay vecino, se estrelló un avión y no quedaron sobrevivientes"Le respondí que yo escuché que medio millón de aviones despegaron y llegaron a salvo y sin problemas a su destino.

...y así, el vecino me dejó de contar cosas porque es que yo nunca le prestaba atención. 

 Mi sonrisa no podía ser mayor. Continuó:

Es que, estando yo en Madrid, me senté en un parque y vi que dos pajaritos hacían el amor. Y se cayeron de su rama rendidos por el éxtasis. En ese momento me di cuenta de que sí, la vida es bella. En el 95 hicieron esa película, pero ya yo lo decía en el 77...en el 77 la vida me enseñó qué bella es y desde entonces no ha dejado de serlo.

Seguimos hablando y yo quedaba fascinada por esa sabiduría que sólo los que ostentan avanzadas edades pueden lucir. Me habló de árboles hermosos que nunca había notado en ese trayecto y me decía que es porque sólo veo el tapón y oigo las bocinas.
Luego hablamos de libros, me hizo recomendaciones, y después de citar textualmente muchos fragmentos de "La Guerra y la Paz" y de acordarse de todos esos complicados nombres rusos -me asombra su memoria, que yo a mis 21 no puedo presumir- me dice:

Señorita, yo nunca le pediría a una joven como usted ninguna información, usted me luce muy instruida como para cometer la torpeza de suministrarla a un viejo como yo. Pero una joven como usted debe ver tanto la película como la ópera de esa obra. Yo tengo ambas. De ahora en adelante andaré con ellas cuando pase por aquí, si algún día nos volvemos a topar, acéptelas como regalo.

No que me lo haya creído, pero...de que me hizo el día, el mes, el año, me lo hizo.

La vida es bella, porque hay gente así para recordárnoslo.

*GR













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